La salud de nuestro organismo depende, entre otras cosas, de la buena circulación de la energía en nuestro cuerpo. Salud no es la mera ausencia de enfermedad, sino la condición de estar plenamente viv@s; con un cuerpo que vibra y siente. Por energía nos referimos a energía física, a la que el yoga llama prana.
Nuestra pelvis y zona lumbar se encargan de que circule y se distribuya la energía en nuestro cuerpo, para ello necesitan movilidad, movimiento, pero al igual que ocurre con nuestros pies, nos desconectamos de esta parte de nuestro cuerpo, que es más instintiva y dejamos de moverla, con el tiempo se va rigidizando. En nuestra sociedad esto se acentúa más en los hombres, ya que el movimiento libre de la pelvis y la cadera suele asociarse a las mujeres, a lo femenino.
La rigidez, el atascamiento de la energía en esta zona genera dolores lumbares problemas de discos, ciática, rodillas y pies planos y también problemas en nuestra sexualidad. Especialmente limita nuestra capacidad de disfrutar de las cosas de la vida, nuestra capacidad de apasionarnos por todo lo que hacemos.
Hombres y mujeres necesitamos recuperar, apropiarnos de este potencial, ya que cuando esta zona tiene movilidad y la energía circula libremente, podemos disfrutar de una sexualidad placentera, alegre, sana; de relaciones afectivas que nos enriquecen y sentir alegría, calor, placer y disfrutar de todos los aspectos de la vida diaria.
¿Qué podemos hacer para relajar nuestra pelvis y movilizar la energía de esta zona?
• Saber que la expresión corporal es la mejor manera de movilizar la energía y la música y la danza son recursos útiles para expresarnos.
• Cuando estés de pie, en posición de enraizamiento, cuida que tu pelvis caiga hacia el suelo, que no esté hacia fuera; “sacando culo”, porque esto genera tensión constante.
• Tendid@ de espaldas sobre una manta o alfombra, con las rodillas dobladas y las plantas de los pies apoyadas en el suelo, balancea la pelvis hacia atrás y adelante (como si dijeras que si con la pelvis).
• Rebote de pelvis. En la misma posición golpea suavemente tu zona sacra posterior contra el suelo, levantándola y bajándola. Juega con ese movimiento, que sea placentero no agresivo, ya que es para aflojar, energetizar y disfrutar.
• Danzar, moverse libremente con música cadenciosas que estimulen la sensualidad, la alegría, preferentemente brasileñas, árabes, caribeña. Cerrar lo ojos puede ayudarte a sentir tu cuerpo, tus sensaciones y a dejarte llevar. Deja que tu cuerpo se mueva sin pensar en pasos, en si sabes o no bailar.
• Danzar para relajar la pelvis. Con el mismo tipo de música que tenga algo de percusión. Relaja el cuerpo y marca el ritmo sólo con tus caderas; moviendo la pelvis adelante y atrás. También puedes mover la pelvis en movimiento rotatorios, hacia una dirección y luego hacia otra. Y luego moverla haciendo una figura de ocho alargada.
Artículo adaptado de los libros:
Sanz, F. Psicoerotismo femenino y masculino. Cairos
Lowen, A. Bioenergética. Sirio
Material bibliográfico de la formación: Cuerpo, energía y transformación. Instituto Gestalt Barcelona.
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